jueves, 21 de agosto de 2008

Tragedia aérea en Los Bancos conmociona al país

Varias versiones envuelven el nuevo accidente enluta a las familias de los cinco tripulantes que viajaban desde la Base militar de la Balbina (Sangolquí), hacia la unidad del Grupo Aéreo Número 43 “Portoviejo”.

El Ejército ecuatoriano volvió a enlutarse por un nuevo percance aéreo. Un helicóptero Gazelle E-342 se estrelló a las 10:00 del viernes anterior en las inmediaciones del recinto San Bernabé, en el cantón San Miguel de Los Bancos, al nor occidente de Pichincha.

Para llegar al sitio del accidente, primero se deben recorrer 25 kilómetros por la vía a Valle Hermoso, un camino secundario que conecta a los Bancos con los recintos San Pedro y San Bernabé. Luego, hay se debe caminar 45 minutos más por un estrecho sendero resbaladizo y fangoso.

El escenario es dantesco: fierros retorcidos y partes del fuselaje desperdigadas en 10 metros a la redonda. Tal sería el impacto, que la mitad de la parte delantera de la aeronave se incrustó en la tierra. Las hélices, en cambio, se convirtieron en afiladas cuchillas que cortaron la vegetación hasta que detuvieron su movimiento.

Las labores de rescate se hicieron de manera coordinada por parte de los miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), la Policía Judicial (PJ), su similar de los Bancos, la Cruz Roja de la junta cantonal de Pedro Vicente Maldonado y los miembros de las FFAA.

Lenin Pérez y sus cuatro compañeros del GIR empezaron su trabajo desde las 12:00. “Cuando llegamos a las 12:00, vimos que un helicóptero Súper Puma del Ejército ya se encontraba ahí, y colaboramos con ellos en la extracción de los cadáveres”. Reconoció que los cuerpos (cinco en total) estaban sepultados, mutilados e irreconocibles. A Pérez, como a sus compañeros, se los veía cansados por el largo trajín que implicó movilizarse y colaborar en el lugar del accidente. Comentó que al parecer, había mucha neblina en el sector y la aeronave volaba a baja altura. Otras versiones presumen que el exceso de ocupantes en el helicóptero provocó el accidente.

Con él coinciden los moradores del sector. Wilmar Narváez, de 42 años, dijo que en el momento del percance estaba desbrozando con su machete unos cáñamos cuando escuchó el sonido del helicóptero. “Luego del impacto, fuimos con mis amigos al lugar y vimos que una de las hélices cortó un árbol por la mitad”.

Al interior de la montaña, María Loja tiene una pequeña cabaña. Dijo que apenas escuchó el estruendo voy a ver lo que ocurrió y encontró varias partes de los cuerpos debajo de las latas. “Es algo que nunca voy a olvidar”, manifestó.

Una de las primeras personas que llegó hasta el lugar del accidente fue Gilberto Ortega, de 39 años. “Cuando escuché el estruendo me acerqué y vi un cuerpo mutilado cerca del helicóptero. Sentí temor de que el aparato vaya a explotar, por eso no me acerqué para ver si otras personas necesitaban auxilio”, señaló.Ortega intentó comunicarse con la Policía al 101 sin obtener resultados. Luego llamó a su hermano, quien vive en Los Bancos, e hizo las gestiones necesarias para que vayan los socorristas y las autoridades competentes. “La Policía no podía hacer nada porque tenían que esperar que lleguen el Fiscal y Medicina Legal para levantar los cadáveres”, finalizó.

En tanto, Luis Villacís, policía comunitario de Los Bancos envió a cuatro de sus efectivos para que vigilen el fuselaje hasta que llegue una comisión técnica que determine las causas del accidente.

Las víctimas fueron: el teniente coronel Marcelo Enrique Baldeón López, el capitán Jorge Grijalva, el teniente Marco Alarcón Montalvo y los cabos Héctor Velásquez Chiluiza y Édgar Aimacaña Singaucho.

Antecedente: La ex ministra Guadalupe Larriva (+) pereció en condiciones similares en enero de 2007, durante una práctica aérea militar.


Escrito por mi amigo Mychel Herrera








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