jueves, 16 de diciembre de 2010

“ALDEA COLORADA”, El Kasama Tsáchila



Centro turistico ubicado en la comuna peripa. El Kasama Tsáchila y la Semana Santa católica coinciden en el calendario y el suelo de Ecuador. Mientras en las iglesias católicas que jalonan el país, se celebra la muerte y resurrección de Cristo con numerosas ceremonias que van desde festivales de música sacra a procesiones en las que se exhiben figuras de bulto, la nación tsáchila celebra el nuevo año o kasama. Mientras las calles de las ciudades y pueblos ecuatorianos se llenan de penitentes y encapirotados devotos, la nación tsáchala celebra su nuevo año por medio de diversas ceremonias entre las que incluyen baños de purificación orientados a ahuyentar energías negativas, y abundantes ingestas de malá (bebida fermentada de maíz y caña).
El Kasama, que hace las delicias de antropólogos y ociosos turistas imbuidos de fe multicultural, es una fiesta ligada a la siembra del algodón, la caña y el maíz, durante la cual, los padres de los jóvenes pedían la mano de las muchachas entre excesos y alardes de fuerza.

Según la historia, los orígenes del pueblo Tsáchila provienen de los Yumbos Colorados, además con otros nombres, Campases, Yungas, Niguas, pero se trata de personas que hablaban el mismo Idioma, que tenían idénticas costumbres y adoraban a los mismos dioses, estos habitaban más cerca de la cordillera de los Andes de Quito, conociéndose diversas causas de su migración a la parte selvática baja.

En 1960 quedaron reducidos a 8 comunas con escritura publica colectiva, exclusivamente para colorados, año en el cual nombran a Abraham Calazacón como Gobernador de los Colorados y último shamán legítimo. En la actualidad existen solamente 7 comunas: Chiguilpe, Poste, Cóngoma, Otongo Mapalí, Naranjos, Peripa, Búa, en los últimos años desapareciendo por la expropiación de las tierras la comuna Tahuasa.


Debemos precisar que el conocimiento botánico de los tsáchilas a generado permanente preocupación aprovechando de esta manera las cualidades medicinales de cada una de ellas. El conocimiento de las plantas medicinales es autoridad de los shamanes, la mayoría de los tsáchilas conocen de las propiedades de los vegetales y sus aplicaciones, es decir el conocimiento se ha extendido al grupo.

La práctica “vegetalista” de los tsáchilas esta muy lejos de ser lo que los mestizos llaman medicina natural, esta actividad curativa Tsáchila va mas allá de eso, involucrando elementos culturales propios que tienen vital importancia y sin los cuales la aplicación de los vegetales medicinales no alcanzan toda sus satisfacciones. Los vegetales medicinales son importantes dentro de la práctica shamánica.

Los shamanes hacen referencias que en la antigüedad se utilizaban más de 260 vegetales como parte del conocimiento shamánico inicial, en la actualidad el número de vegetales han disminuido, debido a la disminución de plantas y tala de la montaña a manos de los colonos, y últimamente bajo la presión social.

Fogata cultural e intercambio de experiencias
Acto ritual y ceremonia especial para recibir el  kasama ( nuevo amanecer)
Apertura de mala, bebida del kasama,  con bailes, danzas y marimba (Es una bebidas fermentada de maíz. )
Carrera pedestre  de hombres y mujeres tsachilas
Prueba de fuerza tsachila
Comiendo juntos en  kasama (Malun Ninpuga: Este plato es preparado a base de gusanos “mayunes” asados, que crecen en la palma real lo acompañan con limón y maduro asado.)















miércoles, 7 de julio de 2010

Rubi Andrade: una oruga que hoy vuela como mariposa

Otavalo. A su paso por la calle  el vaivén de sus caderas impresiona a cualquiera. -“Por mi vivencia puedo decir que las personas trans nacemos con disforia de género, entre el sexo genital y la mente, pero en mi caso, mi cerebro es femenino”, explica Rubi Andrade de 33 años de edad, quien se reconoce transexual.  

Es la mayor de tres hermanos. Un rayo  solar irrumpe en el centro de capacitación, donde dicta clases. Se acerca al umbral de la ventana, cierra los ojos y dice: “Antes era una oruga metida en un agujero, que caminaba dentro de un hoyo y que a cada rato le iban a picotear....”. Ella  les enseñó a  ser libres porque “la oruga floreció. Ahora es una mariposa, libre, que vuela...”.  En su hogar, su hermana menor es su confidente y su papá José Andrade, de 80 años,  entendió que “no es un capricho, ella nació así". El apoyo de su familia la alienta. Por ello se demuestra tal como es: “No quiero ser caricatura de mujer, tengo que ser mujer. No es vestirse, sino sentirse... y yo lo hago”.
El año pasado solicitó al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que le reconozcan el cambio de género de masculino a femenino y que también le cambien su nombre por Rubi, pero el Registro Civil notificó que ella ya lo había hecho por  el nombre de Rudy y que ya no podía cambiarlo. En cuanto al  cambio de género de masculino a femenino, le pidieron un certificado quirúrgico que garantice que es mujer.(MEV)