domingo, 22 de enero de 2012

CAMBIAN LOS HÁBITOS


                                      Las lluvias alteran el ritmo de vida de los capitalinos
El fuerte aguacero que cayó ayer -desde la madrugada hasta pasado el mediodía- obligó a la ciudadanía a cambiar su vestimenta y salir temprano, además de sufrir las molestias de la usual congestión vehicular. Parece mentira, pero no lo es. Una lluvia altera planes, hábitos, horarios, comidas y otras actividades cotidianas, mucho más si es en las primeras horas de la mañana en que la ciudadanía se moviliza a sus actividades diarias. Ayer fue la evidencia de lo anotado. El aguacero  no tomó por sorpresa a la ciudadanía, que con sombrilla en manos y abrigos, botas, guantes y gorras salió de sus viviendas a cumplir con sus labores diarias.  En toda la ciudad el tráfico vehicular estuvo congestionado. En un pasillo del Palacio Municipal, José Jaramillo, de 65 años, estaba reunido con sus amigos jubilados. No pudieron reunirse a media mañana en la Plaza Grande como es costumbre, inclusive la tristeza afloró.